Chato Murciano
Chato Murciano
La denominación de Chato Murciano proviene de su cara acortada, con ejes craneofaciales convergentes, y a su especial localización en la Comunidad Murciana, donde se la consideraba prácticamente desaparecida, siendo recuperaba y reintroducida en el agro de dicha Comunidad gracias a un exitoso programa de conservación.
Su base genética se encuentra originariamente encuadrada en el tronco Mediterráneo, a partir del cual se configuró una raza murciana primitiva o cerdo murciano, cuya explotación siempre estuvo ligada a la huerta levantina. La formación del actual Chato Murciano, fue la consecuencia lógica del desarrollo de las industrias cárnicas de la zona, que originó la difusión de un tipo de cerdo mejorado por el cruzamiento del cerdo Murciano primitivo con razas extranjeras importadas, especialmente las Yorkshire, Berkshire, Tamworth, Craonés y Alderney, además de con el Colorado Extremeño.
El Catálogo Oficial de Razas de Ganado incluye al cerdo Chato Murciano en el Grupo de Razas Autóctonas en Peligro de Extinción.
La población actual se caracteriza por poseer un perfil nasal marcadamente cóncavo, y ser eumétricos y longilíneos. Cabeza mediana, robusta y triangular. Hocico grande fuerte y grueso, con jeta inclinada de delante a atrás y de abajo a arriba. Orejas medianas, erectas o tendentes a la verticalidad, de forma triangular y orladas de pelo. Cuello corto, fuerte y de amplia implantación. Pecho profundo y ancho. Tronco redondeado de mediana longitud. Dorso ancho, ligeramente cóncavo, bien musculado y graso. Lomo mediano, fuerte y musculado. Línea dorsolumbar ligeramente cóncava. Grupa ancha, horizontal o ligeramente caída. Inserción alta del rabo. Extremidades cortas, fuertes y bien aplomadas. Capa negra de color uniforme, exceptuando algunos ejemplares que pueden presentar manchas blancas en los extremos distales de las cuatro extremidades, hocico y frente. El pelo es poco abundante, negro, largo y fuerte. Piel gruesa, presentando pliegues típicos en la región del costillar.